Nuestra Visita a General Artigas comenzó un sábado a la mañana. El jueves previo había sido el día de Nuestra Señora del Rosario, patrona de la comunidad de Artigas, pero debido a una tormenta que se había desatado el miércoles a la noche las autoridades comunales habían decidido aplazar la celebración para el domingo.
Salimos desde la sede de la Agencia Arai Porâ - Viajes y Turismo. Nos desplazamos por la Ruta I hasta la ciudad de Coronel Bogado en donde hicimos nuestra parada obligatoria para adquirir las tradicionales chipas.
Desde allí el camino habitual es tomar la Ruta VIII, pero como esta estaba en proceso de pavimentación tuvimos que tomar el ramal que va por Isla Alta hasta llegar a un sector de la Ruta VIII en donde ya estaba terminado el asfalto. El viaje que hasta hace poco llevada 2 horas ahora lo habíamos realizado en pocos menos de una hora y media. Cuando este terminada la Ruta VIII, este trayecto se hará mucho más rápido aún.
Al llegar a la General Artigas nos dirigimos a la Cooperativa del mismo nombre. Allí fuimos recibidos por su gerente, el Sr. Ramón Acuña. Él y toda los empleados de la cooperativa se movilizaron para que pudiéramos llevar a cabo lo más cómodamente posible nuestra tarea.
Minutos más tardes fuimos recibidos por el Intendente Municipal, quien accedió a darnos una entrevista que rápidamente se transformó en un cordial diálogo.
Mientras nos encontrábamos con él, otros funcionarios de la Cooperativa se tomaron la molestia de ir en busca de la Sra. Fidencia Valenzuela de González (profesora jubilada artíguense de pura cepa). Siendo ella una de las personas de más edad de la comunidad, tenía mucho para contar. Ella nos relató los siguientes hechos:
Fundación:
El Pueblo de Cangó Bobi fue fundado por el Gobernador español en Paraguay don Joaquín Alos y Bru en 1.789. Según el historiador Félix de Azara, Cangó se fundó en el mes de mayo de 1.789, sin precisar fecha.
Como el 31 de mayo de 1.985 se inauguró el servicio de abastecimiento de energía eléctrica y alumbrado público, la municipalidad local fijó como día de fundación esa fecha, por la Ordenanza Nº 45/92.
Gral. Artigas anteriormente se llamó Cangó Bobi, y recibió ese nombre en homenaje a dos caciques guaraníes hermanos entre si, que tenían bajo sus dominios este paraje.
Bobi tenía a su cargo la parte norte, y el sur correspondía a Cangó. Por ese motivo los arroyos conservan hasta hoy esos nombres.
Los primeros habitantes colonizadores de Cangó Bobi eran europeos, americanos, criollos y negros (según Azara – diciembre 1.785)
Según nuestra profesora los habitantes de la familia de los Cangó era pequeños, y la de los Bobí eran más altos y sobrios.
La Iglesia era de adobe y el techo de paja. Era una misión jesuita. La Iglesia siempre se llamó Nuestra Señora Virgen del Rosario.
Los pobladores hacían sus casas un poco mejor. Incluso había casas de indios con buenas características de construcción.
El Nombre Cangó Bobi fue cambiado por el de General Artigas en el año 1.942, gestionado por el uruguayo reverendo Padre Armando Di Perna.
El beneficio que trajo el cambio de nombre es que el gobierno uruguayo mandó construir el local de la Escuela Norma de Profesores Nº 8, donó libros a la biblioteca de la escuela, los instrumentos musicales para la banda municipal y la iglesia.
El intendente en ese momento era Don Luis Florentín. Venían personalidades de Uruguay y que eran quienes hacían las donaciones.
José Gervasio Artigas, tal es el nombre completo del distrito. Nación en la República Oriental del Uruguay en el año 1.764. Fue caudillo militar del Virreinato del Plata. Lucho contra los españoles primero, y más tarde contra la junta de Buenos Aires. Luego asilado político en el Paraguay durante el gobierno del Dr. Francia, donde vivió desterrado hasta su muerte en el año 1.850.
Aproximadamente en 1635 vinieron los jesuitas. Ellos construyeron la Iglesia con paredes de piedra y a medida que pasaban los años los distintos sacerdotes fueron haciendo cambios hasta que quedaron ladrillos. Se cambio varias veces el techo. Comenzaron a cambiar la fachada de la Iglesia con el beneplácito del P. José Di Perna.
El padre Adolfo Maidana también realizó actividades con la comunidad para cambiar la fachada de la iglesia.
En 1937 vino la Revolución o Guerra Civil entre liberales y colorados. Vinieron las montoneras a caballo asesinando a los hombres y violando a las chicas. Nuestra profesora tenía en ese entonces 8 años y la abuela la llevó a la limítrofe Ciudad de Posadas - República Argentina, para mantenerla a salvo.
El Padre Nicolás da Cunha trabajó muchísimo en la reconstrucción de la iglesia (1949). El mandó construir la torre la cual fue varias veces reconstruida y refaccionada.
EL Padre Ángel María Zorrilla también arreglo varias veces la iglesia y formó chicas para hacer agentes pastorales de la iglesia. Trabajó mucho con los jóvenes entre 1953-54.
Según se dice debajo de la iglesia pasa un túnel que va desde Delgado hasta Yuty.
También existe un pozo de agua que alimentaba toda la ciudad. Ahora está tapado.
Los jesuitas tallaron numerosas imágenes. Se conservan las siguientes tallas: San Francisco, el Sagrado Corazón de Jesús, la Virgen del Rosario, la Virgen del Carmen, Jesús de la Buena Esperanza, San Juan, Cristo Resucitado.
Un sacerdote tiró numerosísimas imágenes porque pensaban que ya eran viejas y no quería saber nada de santos. El pueblo ha preferido olvidar el nombre de esta persona que contribuyo a perder gran parte del patrimonio histórico, religioso y cultural que tenían..
En el patio que se encuentra frente a la entrada de la iglesia hay un busto del General Artigas. Dicen que allí había un sauce llorón y que es donde el General Artigas se detuvo por primera vez a descansar.
Luego de tomar el almuerzo nos encontramos con Alberto Ortigoza, él mejor taxista de Artigas (y el único), quien a partir de allí se transformó en nuestro guía. Comenzamos visitando las plazas de la Ciudad. Es de destacar el esmero y el cuidado que las autoridades y vecinos ponen para la conservación de las mismas. Éstas se encuentran en perfecto estado, con paseos para caminar, espacios para que los más pequeños puedan jugar y con fuentes que adornan a todas ellas.
Nuestra siguiente parada la hicimos en la antigua cantera del ferrocarril. Es un conjunto de piedra granítica de la cual se extraían bloques que luego eran reducidos a pequeños trozos que se utilizaban para mantener las vías y los durmientes. Actualmente la cantera no está en funcionamiento y es de acceso público. En el lugar se pueden encontrar aves y ranas que han hecho de la misma su hogar.
Cerca de allí se haya la Estación del Ferrocarril. También se encuentra fuera de uso, y en un completo estado de abandono. En la entrevista que habíamos tenido con el intendente de la Ciudad, éste nos manifestaba que hay un proyecto que esperan poder ejecutar, por el cual se va a refeccionar y convertir a la estación en un museo. También fue muy triste ver la estación meteorológica completamente rapiñada. La gente del lugar nos contaba que se había construido con los más modernos elementos de medición de fines de la década del '80, y que un vecino del lugar la mantuvo en funcionamiento hasta entrado el siglo XXI, teniendo cuenta que el ferrocarril dejó de funcionar en 1994. Este vecino se encargaba todos los días, por más de 10 años, de tomar las mediciones correspondientes, interpretarlas y luego a través de las radios locales transmitirlas a la comunidad. Todo un servicio que lo hacía por hobby.Continuamos al balneario Venus. El mismo se halla a la salida de la zona urbanizada de Artigas, junto al arroyo Cangó del cual toma el agua para la piscina, contando con toda la infraestructura necesaria para ir a pasar un día con la familia o los amigos. Como estábamos en el mes de octubre dicho balneario se hallaba cerrado.
Decidimos retornar al centro, y en el camino encontramos a la vera de la ruta VIII, un cartel de bienvenida, al cual decidimos hacerle una filmación. Mientras estábamos en esto, un vecino nos abrió las puertas de su casa. Era un famoso músico de la comunidad, hijo también de otro reconocido músico: Don Chirico Almada. Fue muy agradable compartir ese momento con él, tanto que al contarnos sus anécdotas vividas tanto en Paraguay como en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, se le caían las lágrimas por la mejilla. Lo mismo cada vez que recordaba a su padres y hermanos. Fue un momento muy lindo, cargado de ese encanto que es difícil de explicar con palabras.
A continuación quisimos dirigirnos hasta el Río Tebicuary, que baña el límite de Artigas con Yuty. La zona a la que nos dirigíamos tiene por nombre Arekitá, pero unos días antes de nuestra llegada a Artigas se había desatado un temporal y la zona más afectada había sido Arekitá de tal manera que la corriente del río se había llevado toda la arena, había tirada árboles y también las casas de los lugareños. En el camino nos encontramos con gente que volvía de Arekitá y que nos dijo que para el vehículo en el que nosotros nos movilizábamos sería imposible llegar por el estado del camino.
Tuvimos con regresar al centro de la ciudad, y en el camino hicimos una visita a la Facultad de Ciencias Agrarias dependientes de la Universidad Nacional de Itapúa. Tuvimos la suerte de que a pesar de ser sábado habían algunos estudiantes realizando trabajo de campo y que muy gustosos conversaron con nosotros. Me hicieron recordar como unos 8 años antes había trabajado con la Cooperativa y buscábamos la forma para conseguir que la juventud se quedara en el pueblo y una de las ideas que había salido era instalar allí la Facultad de Ciencias Agrarias. Gracias a ella no sólo los jóvenes tenían un motivo para quedarse a vivir allí, sino que también recibían jóvenes provenientes de otras comunidades del país.
Más tarde continuamos visitando el resto de las plazas de la ciudad. Hubo una que nos llamó particularmente la atención, ya que en la misma se había construido una pequeña laguna, con arena y playa para la gente y un puente que cruzaba la plaza de un lado a otro pasando por encima del lago. Lugar de reunión de niños, y de las fotos para las quinceañeras y para los recién casados.